miércoles, 21 de octubre de 2009

La Argentina del boom exportador

Con la organización política de la Argentina a mediado de 1850, se fueron centando las bases para que se desprendiera de la economía de subsistencia y de la barbarie intelectual, dos características de la forma de vida del criollo.

Desde el primer presidente argentino, Mitre, seguido por Sarmiento, Avellaneda y Roca, principalmente, todos hicieron pie en la frase de Alberdi, "gobernar es poblar", y así, las políticas para fomentar la inmigración europea fueron pilares de cada uno de estos gobiernos. Existían otros puntos en comun que compartieron estos presidentes, como fomentar la educación, fortalecer el Estado Nacional, y organizar jurídicamente a la Nación.
Pero el punto de la inmigración es crucial para entender el desarrollo económico que comienza ya en la década del 60. Los inmigrantes europeos tenían la conciencia de que para prosperar debían trabajar duro. De hecho, eso mismo hacían en Europa, pero la mano de obra era tan abundante y los recursos naturales tan escasos, que su productividad laboral (y por lo tanto su paga) era mucho mas baja de lo que podía ser en América.
Al importar trabajadores europeos, La Argentina se iba asegurando de un espirítu trabajador dentro de su estructura social. Los inmigrantes no tardarían en cruzarse con los criollos, de mentalidad ascetica en cuanto a goces materiales, y el efecto inicial se propagaría.

La inmigración, además, trajo el 'know how' para llevar a cabo emprendimientos agrícolas. Es por eso que la mayoría se estableció en el Litoral, donde las tierras son de buen rinde y la cercanía al puerto facilita la comercialización de los granos.

Estos factores sociológicos provocaron una transformación económica. Hasta poco antes, la actividad principal era la ganadería, pero para poder realizarla se necesitaba de grandes extensiones de tierras. Por consiguiente, solo los hacendados se dedicaban a la exportación de carne. El escaso grado de masividad de esta actividad no podría nunca haber contribuído al boom económico que la Argentina experimentó luego de la mano de la agricultura.

Mas aumentaba la población del país, mas se producía y exportaba. Entonces uno se pregunta como era compatible un país que exporta los insumos que al mismo tiempo destina para alimentarse, ya que el precio en dólares debería ser prohibitorio, como lo es en estos tiempos.
El quid de la cuestión está en que enorme entrada de dolares permitida por el constante excedente de expos sobre impos, tendía a apreciar la moneda y por lo tanto, el productor agrícola sólo exportaba el excedente de lo que vendía a nivel local, ya que su rentabilidad era la misma.

Ahora bien, ¿Cómo introducimos a la industria en un país que era netamente agroexportador, y que con una mano de obra creciente debía encontrar nuevos puestos de empleo para ofrecer?
La Argentina tenía tan pocas distorsiones al comercio internacional, que las exportaciones volaban. La apreciación del peso permitía tener precios acorde a los del resto de mundo. Para mantener esto, pero introduciento la industria buscando generar mas empleo, se debían fomentar industrias cuya actividad se encontrata ya sea al principio o al final de la cadena de exportación agrícola.
Esto es, producción de maquinaria agrícola, insecticidas, herbicidas, semillas, etc., al comienzo de la cadana, e industria alimenticia al final de la misma.
Este tipo de industria hubiera dado empleo, al tiempo que como por entonces no existían países mucho mas adelantados en materia de productividad, su sostenimiento no hubiera exigido distorsiones como impuesto a las impos o devaluaciones competitivas que terminan elevando los precios internos a costa de subsidios pagos por todos los consumidores.
Es decir que debería haberse fomentado industrias con poca conpetencia internacional, y que además permiten prescindir de importaciones. Así la Argentina hubiera dado empleo a una mano de obra creciente, sin tocar los beneficios del boom exportador, es decir los precios relativamente bajos y producción volando.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

El futuro del Dólar

La fuga de capitales se está reduciendo y al fin parece que la economía se aproxima a encallar en una playa carente del peligro subliminal que la venía asechando (mega devaluación e hiperinflación).
Para lograr esto el Banco Central debió hacer uso de sus reservas acumuladas durante los años de bonanza y El Presidente, por su parte, hizo lo propio con mas de 300 millones de la Anses, que sagazmente supo hacerselos disponibles.

Ésto, sumado al quiebre de tendencia respecto del rumbo de la crisis internacional, permitió mejorar las expectitivas de los privados y por lo tanto, reducir la fuga, quitando presión sobre el Dólar. Pasado lo peor, las empresas poco a poco comienzan a salir del letargo en el que estaban sumidas (a la espera de lo peor) para comenzar a producir de nuevo.
Respecto del valor del dólar, no hay razon alguna dotada de fundamento económico para esperar que este baje (apreciación).
El ministro de economía acaba de declarar que para el año 2010 se espera un dólar a 3,95. Hay que tener en cuenta que una devaluación como esta (de sólo el 3%), debe amortiguarse en el hecho de que se esperan cosechas records, precios de los comodities en alza, posiblemente vencimiento de deudas reprogramados con el FMI, y demas circunstancias favorables que puedan aparecer.

Suponiendo que el dólar ahora está en su valor de equilibrio (Balanza comercial en cero), una devaluación de sólo el 3% no alcanzaría para mantener la competitividad nacional ya que obviamente la inflación será mucho mayor a ese dígito. Quizá lo que se espera es una apreciación de nuestros principales socios comerciales, como la que viene sucediendo con Brasil. Ésto entonces no daría cierto margen para no tener que seguir devaluando, ya que nuestro vecino se estaría "encareciendo" en relación a nosotros.

Para terminar, el Dólar no puede bajar porque su dinámica depende intrínsicamente del nivel de precios de nuestro país, y este NUNCA va a bajar, a menos que venga otro gobierno con ideología diferente al actual, y abra la economía permitiendo que la mayor competencia internacional presione a la industria local a ser mas competitiva o desaparecer.

lunes, 24 de agosto de 2009

La economía de Solá

Escuchando a Solá ayer, podemos sacar en limpio que lo que este candidato a presidente quiere en materia económica es una economía que funcione motorizada por el consumo. Peronista recalcitrante a la vista, y por lo tanto un tanto populista, sabe que el consumo es lo que el pueblo quiere y lo que le puede brindar mayor cantidad de votos. Asesorado económicamente por Lousteau, lo que pregona Solá no es para nada irracional, si por ejemplo se tiene en cuenta que la economía mas desarrollada del mundo está también basada en el consumo.
Sin embargo, Solá no repara en el hecho de que Argentina es un país subdesarrollado y por lo tanto, si algún día quiere dejar de serlo, debe sacrificar consumo en el presente, para aumentar su ahorro interno y permitir que se invierta lo necesario en infraestructura. El ahorro que se requiere es privado y público. El ahorro público es condicion necesaria para el ahorro privado. Lo que quiero decir es que sólo si el gobierno prueba ser responsable en materia fiscal, es decir, que logra acumular superávits, demostrará solvencia para que los argentinos no fuguen sus ahorros y entonces se decidan a prestarle.
Las grandes inversiones en infraestructura como rutas, autopistas, mejoras en transporte, redes ferroviarias, túneles para descongestionar tráfico urbano, puertos; deben en su mayoría ser realizadas por el Estado (mas aún si se tiene en cuenta el alto grado de incertidumbre en la Argentina) ya que representan un alto costo hundido, lenta capacidad de repago y además en su mayoría funcionarán como bien público, por lo que deberían ser financiadas por todos los ciudadanos.
Entiendo el discurso de Solá desde el lado de su ideología política. La conclusión que derivamos es que Solá es demasiado populista para un país subdesarrollado como el nuestro.
Hay que sentar las bases para producir y luego intentar ampliar la capacidad de consumo, de lo contrario se tiene una economía propensa a presiones inflacionarias y con un ingreso potencial bajo para siempre.

miércoles, 19 de agosto de 2009

Recesión: ¿Políticas de oferta o de demanda?*

Hoy en día el debate a nivel académico (R. Barro vs. P. Krugman) pasa por determinar si para salir de la recesión se debe seguir aumentando el gasto o reducir los impuestos. Trataremos de brindar una respuesta con un análisis que no pretende tener la última palabra ni mucho menos, pero que permite mostrar las implicancias desde un punto de vista keynesiano.

Notación

A= componente autónomo de la demanda agregada (inversión mas gasto público, en una economía cerrada).

c: propensión marginal a consumir.

t: alícuota impositiva promedio.

Tenemos entonces que el nivel de productos es: Y=[1/1-c(1-t)] A (1)

Donde el cociente refleja el efecto multiplicador, es decir, cuanto aumenta el nivel del producto ante un aumento de la demanda inducido por mayor gasto público.

Más precisamente:

dY= 1/[1-c(1-t)] dA (2)

Ahora, mi intención es ver cuánto aumenta el producto ante una rebaja en la alícuota impositiva promedio. Diferenciando la ecuación 1 respecto de t, ceteris paribus, obtenemos la siguiente expresión:

dY= -Ac.dt/[1-c(1-t)]*2 ; con *2 = al cuadrado (3)

Como esperábamos la ecuación 3 tiene signo negativo, indicando que una rebaja de impuestos eleva el nivel de producto, suponiendo nivel de gasto constante.Ahora un simple ejemplo nos mostrará qué política, de oferta o de demanda, aumentará más el nivel de producto:

Datos: A=100; c=0,8; t=0.30: dA= 20; dt= -0,06

En el ejemplo comparo entonces, aumentar el gasto público un 20% contra rebajar los impuestos un 20%.

Situación 1: aumenta el gasto (política de demanda)Reemplazando en la ecuación 2 tenemos que dy= $45,45

Situación 2: reducción de impuestos (política de oferta)Reemplazando en la ecuación 3 tenemos que dy= $24,79

Conclusión: el análisis keynesiano estándar nos indicaría que inflar la demanda mediante una política fiscal expansiva sería una herramienta más efectiva para aumentar el producto que una política de oferta.Una explicación intuitiva para este resultado tendría que ver con que un aumento del gasto se refleja automáticamente en un aumento de la demanda agregada mientras que una reducción de impuestos genera un aumento en el nivel de ingreso disponible, pero no mayor gasto necesariamente.De todas formas, defendiendo la rebaja impositiva, R. Barro parece suponer que el ingreso adicional se gastará todo. Él describe al efecto global de ésta política separando entre un efecto ingreso, que se debe al mayor ingreso disponible y un efecto sustitución, que tiene que ver con el mayor incentivo a trabajar y producir, dado el encarecimiento relativo del ocio. Concluye que reducir los impuestos aumenta más la demanda que la política de aumentar el gasto, ya que al efecto multiplicador (que equivaldría al efecto ingreso, al suponer implícitamente que se materializa todo en mayor gasto del individuo) se le suma el efecto sustitución.Lo único que voy a decir es que me parece una idea interesante. Ahora, con fundamentos, que cada uno saque sus conclusiones. Saludos!

*Este artículo lo escribí en febrero para el blog de un compañero

martes, 18 de agosto de 2009

El Mito de la industrialización tardía

Hay evidencia contundente de que los actuales patrones de comercio no reflejan el esquema pro eficiencia del modelo de H.O según el cual para estar sobre la frontera de posibilidades de producción (pleno empleo) el país debía concentrarse en la exportación de aquellos bienes que son intensivos en el factor relativamente abundante. Eso implicaba un uso eficiente de los recursos ya que se estaban explotando las ventajas comparativas, vendiendo un bien aun precio mayor al de autarquía y comprando bienes que son relativamente más caros de producir internamente.
Un país que intente concentrar sus exportaciones en productos capital intensivos sin ser relativamente abundante en capital, según el model de H.O, esta asignando mal la utilización de sus recursos

Así se espera que los países pobres, que son relativamente abundante en factor trabajo (y escasos en capital) exporten bienes intensivos en mano de obra, como es el caso de los productos primarios con escaso valor agregado. A medida que el país se especializa, se comienzan a dar ganancias de productividad que expanden la frontera de posibilidades de producción, lo cual quiere decir que con igual cantidad de recursos se puede producir más. A este fenómeno se lo llama crecimiento. Un país que tiene capacidad ociosa e intenta aumentar el nivel de producción (de la industria por ej) no esta creciendo, sino que solo se está manteniendo, impidiendo que el capital se siga depreciando por la obsolencia y por lo tanto que su frontera se comprima junto con la cantidad de bienes que la economía produce. El pbi per cápita puede crecer, digamos por mayor valor agregado, pero dada la capacidad ociosa se tratará siempre de menores ingresos corrientes que los alcanzados en años anteriores. Por esta razón, y haciendo uso de la teoría del ingreso permanente el ahorro no aumentará.

El crecimiento genuino expande la capacidad instalada (pbi potencial) y permite a través de un aumento en el pbi per cápita y con un sendero de consumo estable, que la economía incremente su ahorro y consecuentemente la inversión -si suponemos perfecta movilidad de capitales y un nivel de credibilidad en materia de protección de derechos de propiedad y cumplimientos de contratos aceptable.
Así, se desenvuelve un proceso en el cual se va acumulando capital, a tasas probablemente más altas que la tasa de crecimiento de la población. El resultado es que al ir creciendo, el país pobre se fue transformando en capital intensivo.
La consecuencia para su patrón de comercio, obviamente es que ahora va a poder producir bienes con mayor valor agregado. El beneficio de esto no es que aumenta el nivel de empleo (porque ya estábamos en pleno empleo), sino que ahora se pueden consumir mas bienes sofisticados (con la utilidad que eso puede representar para cada uno) a menores precios, ya que la importación anterior de los mismos incluía costos de transporte, y además, se pasan a vender productos diferenciados que no son tan volátiles en materia de precios como la producción de comodities original.

¿Se esperaban más ganancias de la industrialización de un país? ¿Se espera mayor nivel de empleo cuando a la hora de elegir se decide por un modelo de tipo de cambio depreciado que favorece a la industria?
Déjenme darles un contra ejemplo. Nueva Zelanda es un país con dotaciones factoriales relativas similares a la de la Argentina, es un país que se concentra en la exportación de productos básicamente primarios: kiwi, carnes, lácteos y lana. La tasa de desocupación en el 2008 fue del 3,5%, y tiene un PBI per cápita que en dólares es casi el doble del de la Argentina. (26 mil contra 14 mil).

Conclusión: la transición hacia una economía industrializada implica la posibilidad de consumir bienes capital intensivos a menor precio (suponiendo que nuestra productividad iguale a la de los países desarrollados) por el menor costo de transporte, y, además, la economía posiblemente se vuelva menos volátil, no hay mucho mas que eso del lado de beneficios. Al que le queden dudas que vuelva a mirar la tasa de desempleo y PBI per cápita de New Zelanda, siendo un país agroexportador.
Del lado de los costos hay que tener cuenta que:
Éste proceso es path dependant, es decir, que las actuales generaciones dependen de las infraestructura y habilidades desarolladas por las anteriores; que requiere inversión de recursos públicos debido a las fallas de coordinación que impiden que nazca espontáneamente una industria (big push) y que mas importante aún, la carrera internacional por ganar productividad en la producción de estos bienes empezó hace tiempo, lo que quiere decir que volverse competitivos es extremadamente difícil.
La opción que queda, si de todas formas se insiste en industrializar mientras seguimos siendo relativamente escasos en capital, es que los consumidores subsidien al sector, por ejemplo pagando en promedio un 40% más por un auto.

Aclaración: lo expuesto se aplica a una situación en la cual se está por decidir que modelo de país seguir., por ej. en el 2002 se decidió seguir el modelo productivo.

sábado, 1 de agosto de 2009

Morir con las botas puestas?

Fuga de capitales, crisis internacional, incertidumbre permanente, falta de plan de reactivacion determinado, todo esto mantiene a la Argentina estancada.
Pero yo no veo tan mal la situacion. Sera porque estoy mirando mitad llena del vaso. La Argentina todavia esta a tiempo de llegar a tierra firme si ejecutan con decision un par de brazadas efectivas.
En un marco teorico, podriamos decir que nuestro pais esta cerca de entrar en una Crisis del tipo de Segunda Generacion. En este tipo de crisis tenemos un pais cuya economia crece pero siempre haciendo uso del credito externo e interno. Por diversas razones el nivel de endeudamiento crece y los privados comienzan a preguntarse si el pais podra hacer frente a los pagos de capital e intereses.
Cuando el nivel de endeudamiento sobrepasa un limite, los agentes no renuevan los creditos y entonces el pais se ve obligado a devaluar para hacer frente al retiro de dolares. Pero hay una situacion en que no esta claro si el nivel de endeudamieto es todavia financiable o no, aqui el destino economico del pais depende SOLO de la impresion o expectativas que los ahorristas tienen sobre el gobierno y las medidas economicas que este tomara.

Ese caso me hace pensar en la Argentina actual. Los superavit primario y comercial se mantienen pero con el nivel de actividad cayendo y el gasto publico actuando keynesianamente el equilibrio fiscal peligra y obviamente tambien lo hace el equilibrio comercial, debido al menor volumen de exportaciones post comienzo de la crisis internacional.

El tipo de cambio es alto pero no se disparo abruptamente, lo que hace pensar que todavia el nivel de reservas pueden hacer frente a la fuga de capitales sin tener que aplicar medidas drasticas como un corralito bancario.

He nombrado entonces 3 variables de suma importancia que a la vista de los invesores todavia no lucen tan mal como para decididamente no invertir en la Argentina.
Estamos entonces en el limite, parecido a la crisis de segunda generacion someramente explicada mas arriba.

Que se puede hacer?
La Argentina puede comenzar a recomponer su demanda agregada fomentando la inversion, y no el consumo. Segun Friedman, el consumo de una persona tiende a ser bastante estable durante su vida. La persona se endeuda o presta dinero para mantener siempre un nivel de consumo relativamente constante. Es por eso que alentar el consumo via, creditos por ejemplo, no sera demsiado efectivo.
Por otro lado, el uso del gasto publico tiene un techo debido a la caida en la recaudacion que la crisis provoca.
Segun Keynes, por otro lado, la inversion es extremadamente volatil y es la principal causante de los ciclos economicos (recesiones y expansiones).

Cual es la forma mas rapida de atraer inversiones y recomponer la demanda agregada para nuestro pais?
Me inclino por una fuerte reduccion en las retenciones a la soja. Esto cambiara el rumbo de la actividad economia atrayendo rapidamente capitales que se alejan de los bonos norteamericanos en busqueda de mayor rentabilidad y simultaneamente, una vez mejorada la imagen del gobierno, a revirtir el drenaje de dolares.

Pero parece que el gobierno no lo hara...morira con las botas puestas? Espero que no, ya que hay mas de una derrota en juego.

domingo, 26 de julio de 2009

Lets sort things out

Por que cuesta tanto conseguir un buen laburo en Argentina. Acaso es porque:
1_ Con la crisis mundial el ritmo de actividad cayo,
2_ Porque las tasas de rentabilidad en nuestro pais no son atractivas
3_ Porque con el modelo productivo se requieren mayor numero de trabajadores con menor nivel de estudio (industria),
4_ O acaso es por la gripe porcina que paralizo todo

Bueno en mi opinion, cada uno uno de estos factores contribuye a empeorar el problema del desempleo y en todas hay parte de culpa de los gobernantes por no haber tenido la sagacidad necesaria para suavizar el impacto de cada uno de ellos.
Empezando por la crisis internacional, desde el momento que los Kirchner juraron que ibamos a vivir con lo nuestro iniciaron un comportamiento concecuente con dicha afirmacion, que aislo a la Argentina de todo tipo de credito externo. Hay que ser muy obtuzo para no prever que el viento de cola no iba a durar para siempre y que por lo tanto tener la posibilidad de obtener credito para ejecutar politicas expansivas era impresicindible. Eso es lo que hicieron los paises serios que YA estan dando por terminada la crisis.

Respecto a las tasas de rentabilidad, estas no deberian ser bajas, al contrario. Hay tan poca inversion en un pais sin reglas de juego claras que el rendimiento de la inversion deberia ser altisimo. La inversion a la que me refiero es aquella que amplia la capacidad productiva del pais y que por lo tanto contribuye al crecimiento sostenible. Y no a la inversion en Real State, que si bien genera empleo de mano de obra es un tipo de gasto que sirve para reactivar la economia pero no para generar empleo sostenible. Una vez que se termina la obra o que se satisface la escases de vivienda la inversion se detiene.

Entonces si no hay rentabilidad baja que es lo que sucede que las empresas internacionales no vienen en manada a aprovechar la alta rentabilidad de un pais con un mercado cautivo, con economia creciendo (desde que comenzo el modelo), con salarios reales bajos, etc.
El problema es que hay tanta incertidumbre respecto al futuro argentino, que las empresas requieren una tasa de rentabilidad muyyy alta para arriesgarse a invertir en un pais donde hasta el consumidor pierde confianza con el tiempo.
Otra vez, culpa de los gobernantes por haber puesto trabas al modelo que ellos mismos eligieron.

El punto 3 esta relacionado con el 2, vienen tan pocas empresas que los estudiantes recien egresados tienen problemas para conseguir empleo. Posiblemente mas problemas de los que enfrenta con trabajador de la construccion, o un plomero (la gente arregla y no compra de nuevo el calefon), un trabajador de cualquier industria que enfrenta menor competencia debido al alto precio del dolar y a la disminucion de importaciones.
El gobierno asi, esta dilapidando recursos al invertir en educacion y obtener una muy baja tasa de retorno. Ya que posiblemente muchos estudiantes no lleguen a aplicar lo aprendido en la facultad sino que deben adaptarse a trabajos que exigen menor grado de especializacion.

4_ Gripe Porcina, esto fue completamente un error del Gobierno, que se preocupo solo por ganar las elecciones y no puso nada de antencion en lo que estaba suceciendo en todo el mundo y en el grado de seriedad y celeridad de las medidas del resto de los paises tomaba para evitar la dispercion de la pandemia. La enfermedad paralizo a la Argentina y agrego gravedad al fenomeno estanflacionario que ya comenzaba a vivir.

Conclusion: el segundo gobierno de los kirchner no tendria q haber existido. Kirchner fue util para evitar la anarquia en el 2003, pero en el 2007 deberian haberse efectuado cambios que este tipo de gobierno no estaba en condiciones de llevar a cabo.

lunes, 15 de junio de 2009

Aspectos perifericos del Modelo

Quiero comenzar el post estableciendo premisas basicas con las cuales estimo la mayoria estara de acuerdo. A saber:

1-En este mundo capitalista, gran parte de la satisfaccion de una persona varia proporcionalmente con la cantidad de bienes de diferentes que puede adquirir del total de bienes disponibles en el mercado (autos, pc, camara, ropa, celular, raqueta de tenis y por que no libros).

2-El bienestar de una persona tambien crece cuando la misma tiene tiempo para realizar actividades agradables para ella (hobbies). Por lo que en ultima instancia podemos decir que el bienestar individual tambien depende de la dotacion de tiempo libre y negativamente del estress (exceso de presion, escaces de actividades placenteras).

3-Por ultimo el salario de una persona depende positivamente del grado de entrenamiento o especializacion de la misma.

En base a estas premisas es facil ver por que el crecimiento argentino no necesariamente se reflejo en mayor bienestar individual.
Comenzando por la primera premisa, no seria erroneo decir que los salarios se duplicaron y los precios se triplicaron. Pero para no seguir tan a raja tabla el metodo de Hume, podemos decir (para los defensores del modelo) que en el mejor de los casos los salarios subieron lo mismo que los precios domesticos y entonces, el poder adquisitivo no vario.
Es esto asi? No, la cantidad de bienes no producidos en el pais incremento su precio notablemente con la devaluacion, a tal punto que ya ni se compran en la Argentina (un caso trivial son las Pringles otro no tanto son las pc de marca y el turismo hacia el mundo desarrollado). En remplazo han aparecido sustitutos con un precio apenas menor que el de la marca extranjera. Esto no es inflacion por que no es una suba generalizada y sostenida de precios, y por lo tanto no se tiene en cuenta para medir la evolucion del salario real o poder adquisitivo.
El resultado concreto es que el salario no nos alcanza para comprar la misma Pc, auto, casa, ropa, zapatillas que comprabamos antes, por lo que concluimos que el bienestar individual efectivamente cae.

Respecto del tiempo libre, con poder adquisitivo cayendo, la gente debe trabajar mas horas para poder sostener su nivel de vida, esto provoca estress. Ademas, posiblemente la cantidad de gente que viaje para trabajar (la plata-bsas, por ej) se ha incrementado debido al aumento de los alquileres (o caida del poder adquisitivo) que retraza la edad en la cual los jovenes abandonan sus hogares, y como la inversion publica y privada para agilizar los medios de transporte fue nula estas personas tienen menor tiempo libre y por lo tanto mayor stress.
Si tenemos que trabajar mas y el transporte no mejoro, encontramos dos causas que reducen la dotacion de timpo libre y por lo tanto provocan menor bienestar.

Por ultimo, la devaluacion atenta contra la educacion superior porque encarece notablemente los programas de postgrado, especialmente los del exterior, que tienen una ventaja comparativa grande respecto de los locales (sea por que implica aprender otro idioma, por mejores profesores, o porque vivir afuera te permite conocer nuevas y quizas mejores formas de vida que podrian ser imitadas en nuestro pais de origen).

En resumen, comparando dos paises con nivel de desempleo similar, aquel que devalua de tal forma que reduce la calidad de bienes, la cantidad de tiempo libre y la calidad de la educacion (y por lo tanto los futuros salarios) habra disminuido tambien el bienestar individual.

viernes, 5 de junio de 2009

"Shipping up to Boston"

Todo es excitación, incertidumbre, desafío, motivación, avidez de conocimiento, anhelo de nuevas experiencias. Espero llegar a conocer esta tierra, cuna de intelectuales de todo el mundo, tan bien como me sea posible, y espero que las musas aparezcan algun dia de este mes  asi puedo escribir algo para el blog desde aquella fascinante atmósfera que me espera...

viernes, 29 de mayo de 2009

Consecuencias de una Moneda débil

El debate sobre qué tipo de moneda conviene tener suele estar dividido entre aquellos economistas pro modelo productivo y aquellos pro mercado.
Los apologistas del modelo productivo escogen subordinar el valor de la moneda nacional a las viscisitudes económicas, de forma tal que manipulan el tipo de cambio a diestra y siniestra buscando siempre que éste sea la principal variable a ajustar para amortiguar los shocks negativos.
El principal expositor de este pensamiento en la Argentina es Roberto Frenkel, quien creé en la posibilidad de mantener un tipo de cambio competitivo casi indefinidamente. Para eso sugiere que sólo hace falta que los pasivos del Banco Central (por esterilización), no superen a sus activos.

Los economistas pro mercado se inclinan mas por darle a la moneda nacional una existencia propia y en lo posible una fortaleza tal que le permita cumplir con su papel de medio de cambio, reserva de valor y unidad de cuenta, funciones básicas del dinero.
Nos llegamos a preguntar por qué hacen tanto incapie en mantener una moneda confiable y fuerte. Nuestro grado de ingenuidad no nos permitió comprar el buzón que quiere vender la izquierda de que sólo se debe a un capricho de la derecha, que ponderaria más los viajes al exterior y la compra de autos importados, entre otras cosas, que el nivel de empleo doméstico.
Entonces, con algo de inducción podemos confiar en que a apartir del resultado final obtendremos la principal razón a nuestro interrogante. Paso a ser mas específico:
La recesión que atraviesa hoy argentina no se debe (como nos quieren hacer creer) a la crisis internacional, sino a desperfectos del actual modelo económico, ya agotado. http://www.jorgeavilaopina.com/?p=302
Como bien dice Ávila, la fuga de capitales parece ser la causa preponderante de nuestra desaceleración económica.
Yendo un paso mas atrás, se desprende que la fuga de capitales se da en semejante magnitud porque nadie confia en la moneda nacional, ni siquiera en momentos económicamente aceptables.

Lo que hubiera hecho un economista pro mercado, por su parte, es dejar flotar libremente (casi sin intervención) al peso, de forma tal que cómo bien explicó Milton Friedman, el mercado actué como mecanismo estabilizador.
Con un gobierno creíble y esta flotación, el peso se hubiera apreciado durante el auge económico, debido a las voluminosas entradas de divisas. Así, creyendo en el peso, los argentinos hubieran vendido dicha moneda por considerar que tenía una valor mayor al de largo plazo. El peso entonces se hubiera depreciado, y en la actual recesión tendería a apreciarse si la gente creyera que, una vez pasado el shock, se dejaría flotar la moneda para que recuperara su valor.
Nótese que no estamos hablando de una moneda super apreciada que atenta contra las exportaciones. Solamente mencionamos cómo un tipo de cambio flotante, acompañado de un gobierno creíble, lleva a una moneda que tiende a mantener su valor en el tiempo de forma tal que mitiga notablemente las tan arraigadas expectativas de devaluación (conducentes a la fuga de capitales), toda vez que el viento se pone de frente.
Lo que se hizo en este país fue todo lo contrario, y ahora sólo hay margen para la depreciación del peso y por lo tanto el drenaje de divisas continuará.

martes, 26 de mayo de 2009

El Crecimiento en La Argentina

Es válido distinguir cuáles son los factores que determinan el crecimiento, entendiendo como tal al aumento del valor de los bienes y servicios producidos en el país.
En economía se suele mencionar al incremento de la productividad total de los factores (trabajo y capital) como principal fuente de crecimiento, aunque está comprobado empíricamente que no explican la totalidad del mismo. Lo que produce un hombre por hora se incrementa con la mayor disponibilidad de maquinaria, pero lo hace a tasa decreciente con el aumento de la cantidad de mano de obra ya que siempre existe algun factor de producción que está fijo y debe ser utilizado por una cantidad de trabajadores cada vez mayor.
Resumiento, la producción del país, caeteris paribus, aumenta con la población aunque a tasas cada vez menores ya que la productividad del trabajador va cayendo debido a la existencia de un factor fijo, como puede ser la tierra o el capital (en el corto plazo). En términos menos técnicos, como primera medida para crecer se debe de acompañar el crecimiento de población con inversión en capital. De esa forma, la economía estará en un equilibrio estacionario, es decir, que crecerá a la misma tasa que la población y el stock de capital. Obviamente esto no es crecimiento per cápita.
El aumento del stock de capital pertmite expandir la frontera de posibilidades de producción, es decir que con la misma cantidad de recursos se logra aumentar el volúmen de producción. Pero esto sólo se torna indispensable una vez que la economía llega al punto en el que el grado de utilización de la capacidad instalada es uno.
Por esta razón, dejaré de lado el punto de la productividad para focalizarme en variables que contribuyen al crecimiento y que podrían utilizarse aún mas, a saber:

Mercado de crédito: los problemas informativos de riesgo moral y selección adversa hacen que el volúmen de crédito no sea el óptimo. Los agentes privados tienen mejor información sobre la probabilidad de éxito de sus proyectos y por lo tanto, el banco le asinga un nivel de riesgo mas alto/bajo que el que le correspondería a un proyecto bueno/malo. El resultado es que los proyectos buenos deciden financiarse de otra forma, por lo que el intermediario financiero termina financiando proyectos malos. Este es el problema de selección adversa. El riesgo moral, por su parte, se refiere a la imposibilidad que pesa sobre el banco para poder controlar que los fondos prestados sean efectivamente utilizados en el proyecto para el cual fueron concedidos.

Como formas de soluciones parciales, se suelen exigir colaterales, se busca que el interesado financie una parte de su proyecto, de forma que internalice los riesgos del mismo, y se intenta monitorear la ejecución del proyecto.

Aumentar la fluidez del mercado de crédito contribuye al crecimiento porque mayor cantidad de proyectos con alta probabilidad de éxito serían ejecutados.

Educación: la misma sirve en parte para aumentar la productividad de las personas y en parte como herramienta para señalar qué personas tienen la potencialidad como para lograr buenos rendimientos laborales. Ambas permiten lograr procesos productivos mas complejos y reducir los costos de transacción en búsqueda de empleados, por lo que ya sea aumentando el valor de la producción o el de la dotación temporal de las empresas, contribuyen al crecimiento.

Nuestro país cuenta con altos niveles de formación profesional, sin embargo esto no se refleja por completo en un aumento en la tasa de crecimiento económico. Razones para que esto ocurra tienen que ver con la sensación de ausencia de seguridad jurídica, lo cual disuade la instalación de empresas absorventes de este nuevo capital humano; y, posiblemente, la existencia de una polarización de estudiantes en carreras cuyos conocimientos no son los mas requeridos en las actividades económicas inherentes al modelo actual.

Comercio Internacional: si bien empiricamente los resultados no son concluyentes, en teoría se puede pensar que, el aprovechamiento de las ventajas comparativas al permitir explotar mejor la dotación de recursos (comprando mas barato y vendiendo mas caro) haría que el comercio internacional contribuya al crecimiento.
El comercio internacional implica ganancias y pérdidas. El principal ganador es el consumidor, y el principal perdedor es el productor que no está en condiciones de enfrentar la competencia externa, por está razon, el comercio internacional actuá como mecanismo disciplinador, presionando a favor de mayor productividad interna. Aquí surge el punto de cómo abrise al comercio, ya que entrar al mercado global como perdedor implica numerosas pérdidas de empleo y si bien el mayor excedente del consumidor sigue existiendo, un resultado neto positivo exigirá redirigir recursos hacia los sectores potencialmente mas competitivos. Ésto es un proceso que puede llevar algún tiempo, por lo que si se decide encarar la reforma es requisito insoslayable que el gobierno asegure una transición suave, principalmente respecto del factor trabajo.

Éstos son algunas de las variables que la Argentina puede explotar con mayor intensidad para aumentar la tasa de crecimiento ya que nuestro país no se encuentra aún en su frontera de posibilidades de producción y por lo tanto, puede todavía crecer sin tener necesariamente que invertir en capital y tecnología, como deben hacerlo los países desarrollados.

miércoles, 8 de abril de 2009

El tipo de cambio alto y la productividad

Es curioso que la estrategia utilizada para mantener la "competitividad" de los productos argentinos en el exterior, sea únicamente la de devaluar el peso. El mayor socio comercial de la Argentina es Brasil, siendo éste un país receptor de un voluminoso flujo de inversión extranjera directa sobre todo a partir de la adquisición del investment grade.
Hasta el 2007 inclusive, el real brasileño experimentó una constante apreciación hasta llegar a 1,6 por dólar, si mal no recuerdo. Claro, esto lo hizo en un contexto de fuerte afluencia de dólares, suceso que Argentina no experimentó. Sin mencionar todas los beneficios que tiene para un país tener una moneda fuerte y confiable, nos preguntamos como es que Brasil puedo apreciar tanto su moneda sin dejar que se produjera un descalabro en su cuenta corriente.

Recurrriendo a la teoría, vemos que en última instancia el tipo de cambio real (o grado de encarecimiento) de un país, depende de las productividades relativas entre no transables y transables, suponiendo constante la competitividad del socio comercial.
La productividad en el sector transable (exportaciones) no sería tan importante para comparar competividad con otro país, ya que por medio del arbritraje, nuestro socio comercial puede importar esos productos a menor precio, dismuyendo su nivel de precios doméstico y por lo tanto, aumentando también su tipo de cambio real.
En cambio, los avances de productividad en el sector de no transables como sería el turismo y la provisión servicios de electricidad y gas, por ejemplo, producen una rebaja de precios internos que no es tan fácil de copiar por parte de los socios comerciales.
Por eso, lo importante es que los precios de los no transables bajen mas que los de los transables.

Siguiendo esta línea, notamos que posiblemente la apreciación del real tuvo que ver con la búsqueda de un nuevo tipo de cambio de equilibrio, ya no tan devaluado como de la época previa.
Pero según lo visto anteriormente, un tipo de cambio real mas aprecido sólo puede ser de equilibrio, es decir consistente con una cuenta corriente balanceada, si Brasil aumentó mas su productividad en sectores no transables (caída en precios servicios, traslado incompleto a salario y precios) que Estados Unidos, y ni hablar que la Argentina.

Lo que nos queda por responder es por qué Brasil pudo hacerse mas barato para el mundo por medio de avances de productividad, si su tipo de cambio era cada vez mas bajo.
El quid de la cuestión está en que nuestro socio supo crear confianza. Si bien Brasil no tenía una regla cambiaria, sí tiene una regla monetaria que es el inflation targeting.
Al crear confianza y mantenerla en el tiempo, se ganó el investement grade, esto le reportó una afluencia enorme de capitales que agilizan el mercado de crédito local y que permite, junto con la mayor inversión extranjera directa, elevar y renovar el stock de capital de la economía, modernizándola.

A la Argentina, nada de esto le sucedió, el tipo de cambio a 3 pesos por dólar no era lo suficientemente bajo como para importar bienes de capital, la inversiòn extranjera y los créditos blandos nunca llegaron debido a la falta de credibilidad, y ahora, con volumen de exportaciones cayendo, lo único que nos queda es comenzar a devaluar desde un piso que, a diferencia del caso brasileño, ya era alto.

lunes, 6 de abril de 2009

El patrón oro y su descendiente

La era del patrón oro estuvo acompañada de un crecimiento exorbitante en el comercio mundial. La misma va desde apróximadamente 1880 hasta 1929, con un intervalo de interrumpción correspondiente al periodo de la primera guerra mundial.

El patrón oro era un sistema monetario mundial por el cual todos los países fijaban sus monedas al oro y sólo podían alejarse de la paridad en pequeños porcentajes. Este sistema estaba regulado por una serie de normas que debían acatar los países adherentes. Entre ellas, estaba la atribución del Banco Central de actuar como prestamista de última instancia para sostener la paridad y, la de hacer que la base monetaria se moviera en la misma dirección que las reservas en oro, de forma que los bancos estuvieran siempre en condiciones de sostener la paridad.
Un hard peg (o fijación dura) como la que significaba el patrón oro, tenía la ventaja que brindaba certidumbre sobre los precios de los bienes transables, y por lo tanto, disminúia los costos de transacción aumentando la fluídez del comercio internacional.

Por otro lado, arbitraje de por medio, los precios en los distintos países se movían a la par ya que en todo ellos los mismos dependían de la disponibilidad relativa de oro. Así, grandes descubrimientos mundiales de oro hacían bajar el precio del oro al tiempo que los precios de las mercancias tendían a subir. Lo inverso sucedía si el mundo crecía pero no se descrubría suficiente oro como para mantener la oferta monetaria de cada país a la par de las expansiónes económicas. Así, se deba lugar a la deflación mundial.

Nótese que como los precios variaban en la misma dirección en todo el mundo, y además los tipos de cambio estaban fijos, el tipo de cambio real no era una herramienta de política y entonces el pleno empleo debía buscarse por otro lado.
Vemos que un tipo de cambio fijo tan duro como era el patrón oro, elimina toda posibilidad incurrir en políticas oportunistas como serían la constante devaluación de la moneda local y/o, los aumentos en la emisión monetaria.
Como el policymaker ya no tiene esa opción, no tendrá ningún incentivo a violar su compromiso de estabilidad cambiaria. Mas aún, para el caso de fuerte salida de oro, el sistema monetario tendía a autocorregirse mediante un aumento en la tasa de interés del país en problemas. Si la crisis fuese muy grave, se permitía la salida del patrón oro pero con el compromiso de que éste se restituyera lo mas pronto posible. Se brindaban entonces condiciones para un ajuste automático de los países en problemas. Tanto la mayor tasa de interés como las expectativas de apreciación en países sufriendo fuga de capitales, tenderían a atraer el oro necesario para volver a la paridad previa.

El patrón oro sentaba reglas de juego que permitían una ampliación del horizonte temporal de planeamiento, de tal forma que las grandes inversiones internacionales (tendido de red ferroviaria, instalación de sistemas cloacales, construcción de puertos y demás servicios e infraestructura) y el comercio internacional, se volvían más seguros.
Además fomentaba una competencia leal entre los distintos países por los mercados mundiales, ya que el desempeño exportador dependía de las productividades relativas y no de abaratamientos temporales producidos por devaluaciones.
Pero como hemos visto, la mayor certidumbre que traía consigo mayores niveles de inversión extranjera y mayores volúmenes de comercio, implicaba necesariamente resignar el uso de políticas anticíclicas. Así, la suba en la tasa de interés necesaria para atraer capitales podía llegar a ser tan alta como para hacer aletargar a la economía por un tiempo socialmente inaceptable.

Décadas mas tarde, esta debilidad se intentó corregir en el acuerdo de Bretton Woods, al crearse al FMI como prestamista de última instancia, constituyéndose el mismo en una nueva opción de política anticíclica que vendría a reemplazar a aquellas no disponibles bajo tipo de cambio fijo.
Pero como nada es tan fácil como parece, podemos estar seguros de que no se había llegado al óptimo de pareto, es decir, no se podía disfrutar de las ventajas del tipo de cambio fijo sin sufrir sus limitaciones.

Al actuar como prestamista de última instancia, se generaba un incentivo por parte de los distintos países a no actuar responsablemente sabiendo que en el peor de los casos, obtendrían dinero fresco para salir. Aunque el FMI proveía ayuda a cambio de que se siguieran políticas que supuestamente conseguirían el crecimiento económico necesario para que el país repagara sus deudas, había comportamientos que no se podían regular, entre ellos el despilfarro de recursos de Duhalde y Menem en la campaña presidencial de 1999, por citar el caso argentino.
El FMI intentó corregir este incentivo mostrando que los rescates podían ser aleatorios. De esa forma, se generaban ciertas dudas acerca de si el salvataje iba a producirse efectivamente, disuadiendo el Moral hazzard.

Ésto es lo que le sucedió a la Argentina en el 2001. El salvataje no llegó y la caída del país fue tan grande que desapareció todo incentivo a permanecer en un sistema monetario global en el que, en última instancia, no se depende de uno mismo sino de la voluntad de otros.

sábado, 4 de abril de 2009

La raíz de la distorsión

Uno se pregunta por qué los gobiernos argentinos no pueden actuar bien en mas de una dimensión. Por ejemplo, el gobierno de Menem puso límites estrictos a la emisión pero estuvo impregnado de numerosos escandalos de corrupción, el gobierno de Kirchner mejoró notablemente los niveles de empleo pero hizo renacer el antágonismo entre sectores sociales: industria y campo, conflictualizando la paz social y haciendo que el consumidor subsidie industria local.

En la teoría ecónomica se ha dado por llamar seesaw effect al fenómeno que sucede cuando se reemplaza una distorsión con otra, definidieno distorsión como cualquier obstáculo artificial que impide que la economía alcance su máximo potencial.
La convertibilidad eliminó a la inflación como fuente de distorsión. Básicamente la inflación es una distorsión porque impide el libre funcionamiento del sistema de precios y por lo tanto las señales sobre donde invertir puede que no reflejen escaces relativas sino incrementos asimétricos de los precios de los diferentes bienes. La inflación además dificulta la previsión disuadiendo las inversiones de largo plazo que suelen ser las mas productivas, y también es regresiva.
Ésta distorsión conviene a los gobernantes porque les permite recaudar el impuesto inflacionario, y porque como deja que sobrevivan empresas ineficientes (que cobran por encima del costo), es muy factible que el gobierno reciba transferencias por parte de los lobystas industriales.
La inflación como fuente de corrupción fue eliminada en los '90, pero la avidéz de los gobernantes por meter la mano en la lata hizo que los mecanismos de transferencias fueran mas explícitos. Ahora recuerdo como ejemplo el caso de exportación de armas a croacia y quizá alguna privatización.
El seesaw effect ilustra el caso entonces, en el que la política mejora en un sentido pero tiende a empeorar en otro.

En el gobierno de Kirchner, este efecto no tuvo lugar ya que no existieron políticas destinadas a eliminar distorsiones ya existentes.
Los subsidios y los controles de precios fueron usados para mantener el salario real de la clase trabajadora y así, elevar el nivel de consumo agregado. El resultado fue mayor nivel de empleo.

Podemos inferir entonces que la elección de las políticas de los distintos gobiernos depende de la posibilidad de obtener rentas o transferencias y de un parámetro de preferencias que refleja la clase social elegida como target; en el caso de Menem la clase media, en el caso de Kirchner la clase humilde.
Así, Menem eliminó la inflación pero elevó el desempleo, y eligió como fuente de transferencias medios más explíticos. Mientras que Kirchner usa la inflación para elevar el nivel de empleo no calificado (clase humilde) y para recibir rentas de los industriales (apoyo a campañas por ej).

La conclusión a la que llegamos es que ninguno pudo maximizar el nivel de empleo sin usar distorsiones que afecten a otros sectores. Menem no usó distorsiones pero elevó el desempleo y Kirchner redujo el desempleo pero intrudujo distorsiones que afectan al consumidor de clase media (que compra autos por ej), al inversor, y al campo.
Yendo un poco más allá, podemos inferir que no hay forma de lograr dicha hazaña. Por lo que nuestra segunda conclusión es que no es el Estado el que debe pretender maximizar el nivel de empleo, hay otras formas de lograr este objetivo.

Sabiendo esto, el incentivo a implementar políticas distorsivas se reduce notablemente. Aún resta el interés del gobierno por obtener rentas de los distintos sectores, pero con mecanismos institucionales adecuados, esta porción del incentivo también puede aplacarse.

Es verdad que las políticas que buscan la eficiencia en la economía no atacaran la desigualdad del ingreso, pero sí serán propicias para lograr crecimiento, que es condición necesaria para luego corregir inequidades por medio del sistema tributario y de la focalización del gasto público en salud, vivienda y principalmente en educación, buscando igualar las oportunidades.

viernes, 3 de abril de 2009

Nada en el horizonte

Seis años de crecimiento al 8% y me pregunto qué tenemos. Veo al país como a un niño ingenuo e irresponsable que ante el primer dinero que le regalan se lo gasta en golosinas en lugar de comprarse cosas que no tenía.
De qué sirve el crecimiento si el gobierno jamás logró inspirar un mínimo de confianza como para que no exportemos capitales.
La distribución del ingreso no mejoró, lo que quiere decir que los que se beneficiaron en todo este proceso fueron los mismos que hacen que la distribución sea inequitativa, es decir, clase media alta y rica. No hay menos pobres y mas clase media, lo cuál  sería beneficioso para el gobierno no sólo por que se mejora el nivel de vida sino que porqué estos individuos no tienen alternativa para evitar la discrecionalidad del gobierno y por lo tanto deben gastar en el país. Es decir, no les da la escala para convertirse en inversores internacionales.
El gobierno fomentó un crecimiento artificialmente alto a costa de no sentar bases para permitir sostener dicho crecimiento (inflación, moneda débil, distorsiones por doquier, inversión nula en seguridad y en infraestructura, deterioro de las instituciones, etc), pero como si eso no fuese lo suficientemente pernicioso para el país, resulta que el crecimiento jamás se materializó en algo que pueda decirse haya elevado el nivel de vida.
Hoy miro y no tenemos nada, tenemos  una moneda que vale menos que lo que valía en el inicio de la crisis, tenemos mas inseguridad, tenemos salarios que en lugar de subir con el crecimiento de la productividad ocurrido durante la fase expansiva siguen igual, tenemos menores incentivos a la inversión extranjera directa, que es la que realmente puede producir cambios, no tenemos un solo aliado en el mundo, no tenemos un ambiente propicio para aprovechar el capital humano acumulado y no tenemos  herramientas para enfrentar adecuadamente la crisis internacional. En suma, no tenemos nada en el horizonte.

miércoles, 1 de abril de 2009

El ocaso

Como hemos visto en el post titulado hablando de credibilidad, la Regla funcionó bien hasta 1995. Los años que van desde 1991 a 1995 fueron de un fuerte crecimiento económico. El mismo se basó principalmente en altos niveles de inversión, la cuál era incentivada naturalmente por la mayor productividad del capital en un país sin infraestructura y artificialmente por el seguro de cambio que la Regla proveía. Este incentivo artificial aumentaba la inversión, pero no necesariamente en los sectores que mas la necesitaban y además, lo hacía a costas de subestimar riesgos y por lo tanto, de sobreendeudamiento. Todo esto se constituiría progresivamente en un tumor que al no ser extirpado oportunamente, terminaría condicionando las opciones de política económica disponibles durante la crisis del 2001.

El episodio de 1995  lo menciono breve y meramente como resultado de un efecto contagio, causado principalmente por la información imperfecta y asimétrica que lleva a los inversores a efectuar comportamientos en manada. Mas específicamente se creía que México iba a abandonar su tipo de cambio fijo, entonces se corrió contra su moneda y también contra la moneda de nuestro país que por entonces también tenía tipo de cambio fijo, había privatizado, y dependía de los capitales extranjeros. Bastó con líneas de crédito contingentes para auxiliar a los bancos eficientes que estaban en problemas, recuperando el crédito y consecuentemente uno de los motores del crecimiento económico.

Si bien el producto cayó abruptamente, la economía se recupero al año siguiente y volvió a crecer aceleradamente hasta 1998 inclusive. Los sucesivos shocks sucedidos entre 1997 y 1999 (crisis asiática, crisis rusa, devaluación de real) complicaron la cuenta corriente de la Argentina. Como además, la mayoría de las grandes inversiones extranjeras ya se habían realizado y la tasa de interés internacional comenzaba a subir, La Argentina no podía compensar el déficit comercial con entrada de dólares. El tipo de cambio fijo, obligaba a reducir la base monetaria (en pesos), y esto comenzaría a hacer languidecer a la economía.

Se dice que con tipo de cambio fijo la política monetaria es inefectiva ya que lo único que hace es reducir la tasa de interés doméstica y por lo tanto da lugar a fugas de dólares. Por el contrario, la política fiscal es sumamente efectiva, ya que si bien hace subir la tasa de interés (debido a la mayor deuda pública y mayor demanda de pesos que el crecimiento produce), esto atrae capitales que luego son esterilizados con mayor oferta de pesos.

El problema fundamental de la Argentina fue no hacer política contracíclica, es decir, en los momentos en que el gasto público era indispensable para recomponer la demanda interna, este no podía incrementarse debido a una recaudación que caía al compás de la actividad económica, y a pagos de intereses cada vez mayores.

Con tipo de cambio fijo entonces, no se podía devaluar, y la única herramienta efectiva no estaba disponible. Quizá una pequeña devaluación hubiera sido factible con un mayor grado de apertura de la economía (definido como expos + impos /pbi). En este caso, una pequeña devaluación aumentaría mucho las expos y la cuenta corriente se corregiría. Pero los estudios muestran que la Argentina necesitaba de una devaluación muy fuerte para recomponer su déficit comercial, y esto era imposible de llevarse a cabo por que los contratos de deuda que originalmente financiaban la ola de inversiones, estaban en dólares.

Lo que finalmente sucedió fue que el déficit comercial se mantuvo, los capitales dejaron de venir durante los shocks (esto ocurrió en varios países) y por lo tanto, las reservas comenzaron a disminuir hasta el punto en que la paridad cambiaria se tornó insostenible.

Conclusión: el tipo de cambio fijo se podría haber sostenido si se hubieran practicado políticas contra cíclicas de acumulación de superávit en los auges y de expansión del gasto público en las recesiones.

Posibles consecuencias de una devaluación en Argentina

A simple vista una devaluación administrada del peso parece la única herramienta potencialmente efectiva para controlar ciertas variables importantes para la economía como lo son el superávit comercial y el nivel de actividad y empleo.

En el contexto actual no es necesaria mayor esterilización ya que no es el gobierno quien compra los dólares sino la gente.

Además, los efectos balance sheet no existen en nuestra economía, debido a la imposibilidad de tomar deuda en dólares. Esto quiere decir que una devaluación puede ser implementada sin temor a producir efectos riqueza entre acreedores y deudores, a diferencia de lo que sucedía en el 2001.

Por otro lado, las monedas latinoamericanas como el peso chileno y el real se han venido devaluando, haciendo que una devaluación del peso parezca resultado de una acción coordinada entre países mas que una política de empobrecimiento al vecino.

Por ejemplo si la Argentina se depreciará menos que el real, la consecuente apreciación relativa del real (respecto al dólar) bajaría los precios en Brasil (suponiendo que el comercio con EEUU sea mayor que con Argentina), tendiendo a producir una depreciación del tipo de cambio real (bilateral) de la moneda brasileña, perjudicando así la balanza comercial de nuestro país. Esto busca evitarse, entonces, depreciando nominalmente al peso argentino.

Los incentivos a devaluar son claros si se basan en todos estos posibles resultados positivos.

Lo que no está tan claro son los efectos negativos de una devaluación. En primer lugar debe mencionarse el traslado a precios. Si por ejemplo La Argentina se depreciará respecto del dólar, los precios internos subirían. Por un canal directo que sería el de los bienes importables y exportables y por otro indirecto que sería la suba en el costo de los insumos importados. Además también es de suponer que suban las tarifas de los servicios públicos, ya que las inversiones en dólares deben recuperarse en dólares. El incremento resultante en el nivel general de precios termina erosionando el salario real, lo cual afecta en mayor medida a los individuos que no tienen la posibilidad de invertir en activos indexados o en bienes inmuebles. Este es el principal efecto regresivo de una devaluación y fue estudiado por Krugman y Taylor (1977, si mal no recuerdo).

También es importante resaltar la evolución de la tasa de interés. la política de esterilización del banco central se vuelve impracticable al romperse el límite en el que el mismo comienza a tener déficit cuasifiscal. Surge entonces el trilema de la imposibilidad. La Argentina no puedo controlar el tipo de cambio, la tasa de interés y mantener la libre movilidad de capitales.

Esto quiere decir que la tasa de interés doméstica subirá con la devaluación produciendo un aumento del costo del capital de trabajo de las empresas, lo cuál se terminará reflejando en otro aumento de precios, reforzando el efecto contractivo antes mencionado.

Otro efecto contractivo es el que deviene del menor ahorro con el que termina la economía en el caso de que los acreedores y los bancos que tenían inversiones en dólares, sean obligados a cobrar en pesos. Pero como ya mencionamos, este efecto no existiría en la Argentina de hoy.

Por último, la devaluación dificulta el repago de los vencimiento de deuda externa si el país no tiene atada su recaudación al tipo de cambio. Esto es así porque en términos de transables, La Argentina debería exportar más para obtener la misma cantidad de dólares. En el contexto actual, parte de la recaudación del gobierno sí está atada al dólar, pero la crisis internacional está disminuyendo drásticamente los volúmenes de comercio internacional, por lo que es de esperar que ante una devaluación, la recaudación en dólares efectivamente termine cayendo debido a un combo de factores: menor actividad económica, menor valor futuro en dólares de la recaudación de impuestos, y menor recaudación en concepto de retenciones.

Aquí no hay salida fácil, el pass through a precios de una devaluación existe, sobre todo si se devaluá con una economía que aún cuenta con niveles de empleo altos. Chile y Brasil pueden depreciarse porque vinieron siguiendo un esquema de metas de inflación, pero La Argentina no lo hizo, por lo que subir precios reducirá aun mas la demanda de dinero y por lo tanto la recaudación por impuesto inflacionario, además de elevar la demanda de dólares por mayor temor a que la suba de precios compense la devaluación inicial y, entonces, incentive nuevas devaluaciones.

lunes, 30 de marzo de 2009

Hablando de Credibilidad…

En el post anterior llegamos a la conclusión de que si los precios no ajustan en épocas recesivas, sin credibilidad es imposible implementar políticas fiscales o monetarias expansivas. En el caso de la política fiscal expansiva (déficit primario), la falta de credibilidad del gobierno hace que los agentes económicos sean plenamente concientes del incentivo que éste tiene para licuar su deuda mediante la emisión monetaria. Obviamente esto es posible debido a que no hay una regla que regule el comportamiento del tipo de cambio. Es decir, la emisión que produce devaluación y que reduce el valor de la deuda pública local en términos reales y en términos de transables, es factible ya que la moneda local no tiene un ancla nominal.

Los individuos ven esto, y entonces, no compran deuda pública (si está indexada tampoco porque hay un incentivo del gobierno a mentir sobre la evolución de la inflación), la política fiscal es ex -post inviable. Es decir, la probabilidad de default tiende a uno.

En el caso de la política monetaria, el argumento es simétrico. Sin una regla, el incentivo del gobierno a realizar inconsistencia temporal en la elección de sus políticas económicas esta siempre latente, lo que quiere decir que hay un incentivo constante a maximizar el nivel de empleo elevando el nivel de precios mediante la emisión, una vez que los contratos salariales ya han sido celebrados.

Recurriendo ahora a la teoría, la misma aconseja o recomienda una regla monetaria sólo en los casos en que la volatilidad de la economía (propensión a shocks) sea baja pero también en aquellos donde la incertidumbre y falta de credibilidad son altas.

Es requisito que volatilidad sea baja ya que, comparada con la discrecionalidad, la regla simple no permite distribuir bien el impacto de los shocks entre el nivel de precios y el nivel de empleo. Mas precisamente, con tipo de cambio fijo, la evolución del nivel de precios doméstico tiende a replicar el movimiento de los precios internacionales. Lo que quiere decir que ante un shock, los efectos del mismo no pueden amortiguarse devaluando nominalmente sino que afectan directamente al nivel de empleo.

El problema no sería tan grave si previamente existió una política de acumulación de superávit primario que permitiera efectuar una política fiscal expansiva sin que existan incentivos a licuar deuda (lo cual sucede con la regla) y por lo tanto, factible ex –post.

La política de acumulación de superávit adolece nuevamente del problema de inconsistencia temporal, sobre todo en un país como La Argentina, donde el sistema electoral de elecciones cada dos años genera incentivos para el gobierno hacia otra dirección, económicamente no deseada.

Volviendo a la teoría, exista una zona de decisión donde no hay una recomendación puntual, y es en el caso en que la volatilidad económica es alta pero los problemas de credibilidad también lo son.

Aquí parece que la decisión debe ser tomada en base a las preferencias del policymaker y en base su intuición respecto del contexto económico mundial venidero.

Para elegir una regla, el policymaker debe estar dispuesto a aceptar que para enfrentar los shocks y el consecuente desempleo, la economía dispondrá sólo del crédito internacional. Caso contrario, los problemas sociales serán graves.

Del párrafo anterior se desprende el por qué de la necesidad de intuición por parte del Ministro de Economía. Puntualmente, si el policymaker espera un época de tasas de interés bajas debido a por ejemplo, alto crecimiento mundial y búsqueda por parte de los agentes de vehículos de ahorros mas rendidores que el bono americano, el acceso local al crédito será mucho mas fácil y por lo tanto el único problema del que adolece la regla será mitigado.

Todo esto puede aplicarse en la realidad a la etapa que va desde 1991 hasta 1995 inclusive. En el siguiente post, trataremos de explicar desde un punto de vista teórico, qué cambió para que la regla dejara de ser conveniente en la Argentina.

martes, 17 de marzo de 2009

Poder para fijar precios + shock negativo + falta de credibilidad: ....

El crecimiento de la recaudación viene cayendo interanualmente de forma consistente, si tenemos en cuenta que el grueso de lo recaudado se debe a impuestos procíclicos, podemos inferir que lo que le ocurrió a la Argentina es un shock de demanda negativo. Esto comienza con las expo cayendo y luego se extiende a las impos cuya reducción denota la caída o al menos desaceleración en el nivel de consumo ya evidente.

Lo ideal para evitar efectos reales (osea, que el producto no se contraiga) sería que los precios cayeran y los salarios fueran flexibles, ya que de no ser así, se daría el caso estudiado por Keynes donde si bien ocurre que las firmas no tienen poder para fijar precios y entonces, ante shocks negativos reducen precios para seguir vendiendo la misma cantidad, el incremento en salarios reales (medido en bienes) reduciría la demanda de trabajo, y como hay ilusión monetaria, los trabajadores no aceptan menores salarios nominales para compensar los menores precios y así sobreviene el desempleo, voluntario si se quiere ser mas preciso.

El caso actual es uno de precios rígidos y salarios rígidos. El poder de las firmas locales para fijar precios hace que sea más conveniente reducir la producción. Es decir, no tienen necesidad de bajar precios ya que su mark-up (margen de precios sobre costo) sigue siendo positivo, aun con una menor demanda por sus productos. Entonces con precios rígidos a la baja, la cuerva de oferta agregada se vuelve horizontal* y como tampoco hay ajuste de salarios, la caída en la producción irá acompañada con aumento del desempleo.

El resultado en el caso de salarios flexibles y precios rígidos seria un menor Pbi per cápita, debido a la menor disponibilidad de bienes. La demanda agregada caería nuevamente en el siguiente periodo, debido a la caída en los salarios. Pero en economía los modelos no suelen tener en cuenta este efecto colateral, una manera de tapar este hueco sería considerando que el mark up es contracíclio (hecho sobre el cual hay cierta evidencia) y entonces lo que pierden los trabajadores lo ganan los empresarios, que vía mayor ahorro aumentan la inversión, impidiendo que la demanda agregada siga cayendo luego del shock original.

El problema que agregan los salarios rígidos, es que posiblemente la caída en la masa salarial sea tan alta debido al desempleo, que ya no hay forma de compensarla con inversión, la demanda agregada seguiría cayendo entonces, el costo marginal de producir subiría demasiado y finalmente las firmas se decidirán a bajar precios. Pero los precios no caen de una vez y para siempre en respuesta a un shock, sino que caerán primero en respuesta a la menor demanda que la inversión no pudo compensar, y luego en respuesta al creciente desempleo al que darán lugar las expectativas negativas por parte de los empresarios. Surge la tan temida deflación.

Solución: romper el espiral descendente con un shock positivo sobre las expectativas, que suponiéndolas adaptativas dependerán en parte del nivel de producto corriente.

El gobierno entonces debería intentar estabilizar el producto y surge el dilema de si utilizar la politica monetaria o la fiscal. Esta última tiene el problema de que de darse la equivalencia ricardiana puede resultar inefectiva, ya que se daría el caso en el que un menor ahorro público se transforma en mayor ahorro privado. La política monetaria por su parte debería ser imprevista para tener efectos reales, ya que como mostró Lucas en su paper pionero sobre información imperfecta o como también muestran los modelos de staggered prices, solo el componente no previsto tendrá efectos reales, el resto irá a precios.

Conclusión: si no alcanzan las PM y la PF, no insistan porque van a ir a un estanflación. Podés trabajar el tema de las expectativas, pero sin credibilidad es imposible.
Creo que por eso los paises centrales no tienen drama en decir que ésta es la peor crisis desde los '30, porque asi mantienen la credibilidad y ante el menor dato positivo (como la recuperacion del city), el mercado responde.

* Al menos hasta que la suba en la productividad marginal de L debido al desempleo no permita que el cmg supere al precio