Hasta el 2007 inclusive, el real brasileño experimentó una constante apreciación hasta llegar a 1,6 por dólar, si mal no recuerdo. Claro, esto lo hizo en un contexto de fuerte afluencia de dólares, suceso que Argentina no experimentó. Sin mencionar todas los beneficios que tiene para un país tener una moneda fuerte y confiable, nos preguntamos como es que Brasil puedo apreciar tanto su moneda sin dejar que se produjera un descalabro en su cuenta corriente.
Recurrriendo a la teoría, vemos que en última instancia el tipo de cambio real (o grado de encarecimiento) de un país, depende de las productividades relativas entre no transables y transables, suponiendo constante la competitividad del socio comercial.
La productividad en el sector transable (exportaciones) no sería tan importante para comparar competividad con otro país, ya que por medio del arbritraje, nuestro socio comercial puede importar esos productos a menor precio, dismuyendo su nivel de precios doméstico y por lo tanto, aumentando también su tipo de cambio real.
En cambio, los avances de productividad en el sector de no transables como sería el turismo y la provisión servicios de electricidad y gas, por ejemplo, producen una rebaja de precios internos que no es tan fácil de copiar por parte de los socios comerciales.
Por eso, lo importante es que los precios de los no transables bajen mas que los de los transables.
Siguiendo esta línea, notamos que posiblemente la apreciación del real tuvo que ver con la búsqueda de un nuevo tipo de cambio de equilibrio, ya no tan devaluado como de la época previa.
Pero según lo visto anteriormente, un tipo de cambio real mas aprecido sólo puede ser de equilibrio, es decir consistente con una cuenta corriente balanceada, si Brasil aumentó mas su productividad en sectores no transables (caída en precios servicios, traslado incompleto a salario y precios) que Estados Unidos, y ni hablar que la Argentina.
Lo que nos queda por responder es por qué Brasil pudo hacerse mas barato para el mundo por medio de avances de productividad, si su tipo de cambio era cada vez mas bajo.
El quid de la cuestión está en que nuestro socio supo crear confianza. Si bien Brasil no tenía una regla cambiaria, sí tiene una regla monetaria que es el inflation targeting.
Al crear confianza y mantenerla en el tiempo, se ganó el investement grade, esto le reportó una afluencia enorme de capitales que agilizan el mercado de crédito local y que permite, junto con la mayor inversión extranjera directa, elevar y renovar el stock de capital de la economía, modernizándola.
A la Argentina, nada de esto le sucedió, el tipo de cambio a 3 pesos por dólar no era lo suficientemente bajo como para importar bienes de capital, la inversiòn extranjera y los créditos blandos nunca llegaron debido a la falta de credibilidad, y ahora, con volumen de exportaciones cayendo, lo único que nos queda es comenzar a devaluar desde un piso que, a diferencia del caso brasileño, ya era alto.