lunes, 24 de agosto de 2009
La economía de Solá
miércoles, 19 de agosto de 2009
Recesión: ¿Políticas de oferta o de demanda?*
Hoy en día el debate a nivel académico (R. Barro vs. P. Krugman) pasa por determinar si para salir de la recesión se debe seguir aumentando el gasto o reducir los impuestos. Trataremos de brindar una respuesta con un análisis que no pretende tener la última palabra ni mucho menos, pero que permite mostrar las implicancias desde un punto de vista keynesiano.
Notación
A= componente autónomo de la demanda agregada (inversión mas gasto público, en una economía cerrada).
c: propensión marginal a consumir.
t: alícuota impositiva promedio.
Tenemos entonces que el nivel de productos es: Y=[1/1-c(1-t)] A (1)
Donde el cociente refleja el efecto multiplicador, es decir, cuanto aumenta el nivel del producto ante un aumento de la demanda inducido por mayor gasto público.
Más precisamente:
dY= 1/[1-c(1-t)] dA (2)
Ahora, mi intención es ver cuánto aumenta el producto ante una rebaja en la alícuota impositiva promedio. Diferenciando la ecuación 1 respecto de t, ceteris paribus, obtenemos la siguiente expresión:
dY= -Ac.dt/[1-c(1-t)]*2 ; con *2 = al cuadrado (3)
Como esperábamos la ecuación 3 tiene signo negativo, indicando que una rebaja de impuestos eleva el nivel de producto, suponiendo nivel de gasto constante.Ahora un simple ejemplo nos mostrará qué política, de oferta o de demanda, aumentará más el nivel de producto:
Datos: A=100; c=0,8; t=0.30: dA= 20; dt= -0,06
En el ejemplo comparo entonces, aumentar el gasto público un 20% contra rebajar los impuestos un 20%.
Situación 1: aumenta el gasto (política de demanda)Reemplazando en la ecuación 2 tenemos que dy= $45,45
Situación 2: reducción de impuestos (política de oferta)Reemplazando en la ecuación 3 tenemos que dy= $24,79
Conclusión: el análisis keynesiano estándar nos indicaría que inflar la demanda mediante una política fiscal expansiva sería una herramienta más efectiva para aumentar el producto que una política de oferta.Una explicación intuitiva para este resultado tendría que ver con que un aumento del gasto se refleja automáticamente en un aumento de la demanda agregada mientras que una reducción de impuestos genera un aumento en el nivel de ingreso disponible, pero no mayor gasto necesariamente.De todas formas, defendiendo la rebaja impositiva, R. Barro parece suponer que el ingreso adicional se gastará todo. Él describe al efecto global de ésta política separando entre un efecto ingreso, que se debe al mayor ingreso disponible y un efecto sustitución, que tiene que ver con el mayor incentivo a trabajar y producir, dado el encarecimiento relativo del ocio. Concluye que reducir los impuestos aumenta más la demanda que la política de aumentar el gasto, ya que al efecto multiplicador (que equivaldría al efecto ingreso, al suponer implícitamente que se materializa todo en mayor gasto del individuo) se le suma el efecto sustitución.Lo único que voy a decir es que me parece una idea interesante. Ahora, con fundamentos, que cada uno saque sus conclusiones. Saludos!
*Este artículo lo escribí en febrero para el blog de un compañero
martes, 18 de agosto de 2009
El Mito de la industrialización tardía
Hay evidencia contundente de que los actuales patrones de comercio no reflejan el esquema pro eficiencia del modelo de H.O según el cual para estar sobre la frontera de posibilidades de producción (pleno empleo) el país debía concentrarse en la exportación de aquellos bienes que son intensivos en el factor relativamente abundante. Eso implicaba un uso eficiente de los recursos ya que se estaban explotando las ventajas comparativas, vendiendo un bien aun precio mayor al de autarquía y comprando bienes que son relativamente más caros de producir internamente.
Un país que intente concentrar sus exportaciones en productos capital intensivos sin ser relativamente abundante en capital, según el model de H.O, esta asignando mal la utilización de sus recursos
Así se espera que los países pobres, que son relativamente abundante en factor trabajo (y escasos en capital) exporten bienes intensivos en mano de obra, como es el caso de los productos primarios con escaso valor agregado. A medida que el país se especializa, se comienzan a dar ganancias de productividad que expanden la frontera de posibilidades de producción, lo cual quiere decir que con igual cantidad de recursos se puede producir más. A este fenómeno se lo llama crecimiento. Un país que tiene capacidad ociosa e intenta aumentar el nivel de producción (de la industria por ej) no esta creciendo, sino que solo se está manteniendo, impidiendo que el capital se siga depreciando por la obsolencia y por lo tanto que su frontera se comprima junto con la cantidad de bienes que la economía produce. El pbi per cápita puede crecer, digamos por mayor valor agregado, pero dada la capacidad ociosa se tratará siempre de menores ingresos corrientes que los alcanzados en años anteriores. Por esta razón, y haciendo uso de la teoría del ingreso permanente el ahorro no aumentará.
El crecimiento genuino expande la capacidad instalada (pbi potencial) y permite a través de un aumento en el pbi per cápita y con un sendero de consumo estable, que la economía incremente su ahorro y consecuentemente la inversión -si suponemos perfecta movilidad de capitales y un nivel de credibilidad en materia de protección de derechos de propiedad y cumplimientos de contratos aceptable.
Así, se desenvuelve un proceso en el cual se va acumulando capital, a tasas probablemente más altas que la tasa de crecimiento de la población. El resultado es que al ir creciendo, el país pobre se fue transformando en capital intensivo.
La consecuencia para su patrón de comercio, obviamente es que ahora va a poder producir bienes con mayor valor agregado. El beneficio de esto no es que aumenta el nivel de empleo (porque ya estábamos en pleno empleo), sino que ahora se pueden consumir mas bienes sofisticados (con la utilidad que eso puede representar para cada uno) a menores precios, ya que la importación anterior de los mismos incluía costos de transporte, y además, se pasan a vender productos diferenciados que no son tan volátiles en materia de precios como la producción de comodities original.
¿Se esperaban más ganancias de la industrialización de un país? ¿Se espera mayor nivel de empleo cuando a la hora de elegir se decide por un modelo de tipo de cambio depreciado que favorece a la industria?
Déjenme darles un contra ejemplo. Nueva Zelanda es un país con dotaciones factoriales relativas similares a la de
Conclusión: la transición hacia una economía industrializada implica la posibilidad de consumir bienes capital intensivos a menor precio (suponiendo que nuestra productividad iguale a la de los países desarrollados) por el menor costo de transporte, y, además, la economía posiblemente se vuelva menos volátil, no hay mucho mas que eso del lado de beneficios. Al que le queden dudas que vuelva a mirar la tasa de desempleo y PBI per cápita de New Zelanda, siendo un país agroexportador.
Del lado de los costos hay que tener cuenta que:
Éste proceso es path dependant, es decir, que las actuales generaciones dependen de las infraestructura y habilidades desarolladas por las anteriores; que requiere inversión de recursos públicos debido a las fallas de coordinación que impiden que nazca espontáneamente una industria (big push) y que mas importante aún, la carrera internacional por ganar productividad en la producción de estos bienes empezó hace tiempo, lo que quiere decir que volverse competitivos es extremadamente difícil.
La opción que queda, si de todas formas se insiste en industrializar mientras seguimos siendo relativamente escasos en capital, es que los consumidores subsidien al sector, por ejemplo pagando en promedio un 40% más por un auto.
Aclaración: lo expuesto se aplica a una situación en la cual se está por decidir que modelo de país seguir., por ej. en el 2002 se decidió seguir el modelo productivo.